Roland Emmerich ha llevado a la pantalla la última superproducción de catástrofes en Hollywood. La cinta plasma las profecías mayas que cifran en el año 2012 la destrucción de la civilización a consecuencia de diversas catástrofes naturales.
La película - que está llamada a copar los primeros puesto en los rankings de recaudación – muestra la destrucción del Vaticano, símbolo para miles de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo en el film no hay ninguna escena en la que símbolos del mundo muslmán sean derruidos.
La respuesta, muy sencilla, la da el propio Emmerich: “uno puede dejar que los símbolos cristianos se desmoronen, pero si quieres hacer lo mismo con un símbolo árabe, terminas con una fatua”.
Emmerich además ha asegurado en alguna ocasión que no cree “en la religión organizada. No tengo remordimientos por haber destruido el Vaticano, sobre todo ahora que el Papa es alemán”.
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